SEVILLA
PARAÍSO ANDALUZ
Desde que a principios de siglo XVI Sevilla se convirtiera en epicentro del Imperio Español por ser el nexo de unión entre la península y los recientemente descubiertos nuevos territorios de América, y la capital hispalense pasara a ser la ciudad más importante dentro de la época de esplendor que el Siglo de Oro supuso, la ciudad no ha dejado de acaparar la atención, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, debido a un ingente patrimonio artístico, histórico y cultural.
Sevilla cuenta con tres bienes considerados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, y que se encuentran a apenas minutos de nuestro hotel de lujo: la Catedral, los Reales Alcázares y el Archivo de Indias. Con ellos comenzamos a repasar los emblemáticos lugares que visitar en Sevilla.
En el ideario común de lugares de la ciudad, La Giralda, campanario de la tercera catedral más grande del mundo, es sin duda uno de los más destacados. Desde lo más alto de ella podrás disfrutar de una de las mejores vistas de Sevilla.
Otra de las tres construcciones que conforman La Catedral es la Capilla Real, en cuyo interior descansan los restos del Rey San Fernando, de Alfonso X El Sabio, y de Cristóbal Colón, además de una magnífica colección de pinturas de murillo.
En el interior de La Catedral nos encontramos con el Patio de los Naranjos, un lugar donde embriagarse del aroma a azahar y percibir entre sus muros toda la historia de la ciudad.
Junto con el Barrio de Santa Cruz, Triana es uno de los barrios más tradicionales de Sevilla.
Situado en la orilla oeste del Río Guadalquivir, Triana cuenta con una identidad y espíritu propios.
En sus calles, además de edificios y monumentos emblemáticos, podemos encontrar en talleres y exposiciones alusiones a la cultura artesana que siempre ha caracterizado al barrio.
Cuando Alfonso XII contempló la Plaza de España de Sevilla finalizada, no pudo más que clamar: “Señores, yo sabía que esto era bonito…Pero no tanto”.
Este inmenso conjunto arquitectónico de estilo neomudéjar se construyó entre 1914 y 1926 con el fin de albergar la Exposición Iberoamericana de 1929.
La plaza está flanqueada por 48 bancos que representan mediante ricas ilustraciones en azulejos las provincias españolas.
Comúnmente conocido como las Setas de la Encarnación, este monumento vanguardista situado en la Plaza de la Encarnación de Sevilla y diseñada por el arquitecto alemán Jürgen Mayer, tiene como inspiración las bóvedas de la Catedral de Sevilla.
Alberga un restaurante, un antiquarium que contiene los restos arqueológicos que se hallaron en el lugar, así como numerosos eventos en el espacio que sus parasoles cubren.