10 cosas imprescindibles que hacer en Sevilla

Estos son los planes favoritos de Coolrooms en la capital hispalense:

1. Admirar sus monumentos

¿Sabía que Sevilla cuenta con tres bienes declarados Patrimonio de la Humanidad? La Catedral con su torre campanario, más conocida como la Giralda, es uno de ellos. Es la catedral gótica más grande del mundo y el tercer templo cristiano tras San Pedro en Roma y San Pablo en Londres.
El segundo bien es el Real Alcázar, una auténtica joya arquitectónica, cuyo aspecto actual se debe en gran parte al pasado islámico de la ciudad. Pasear por los jardines entre los naranjos puede ser una de las experiencias más inolvidables de su visita.
En tercer lugar, se encuentra el Archivo de Indias, que se creó por deseo del rey Carlos III, con el objetivo de centralizar en un único lugar la documentación referente a la administración de las colonias españolas. Sin embargo, el edificio ya existía en la época de Felipe II.
No menos llamativos y merecedores de una visita son la Iglesia del Divino Salvador, la Plaza de Toros de la Maestranza, la Torre del Oro o la Plaza de España.
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2. Degustar su gastronomía
Sevilla se enorgullece de su cultura del tapeo. Desde las más tradicionales en tabernas taurinas a las más innovadoras en modernos espacios gastronómicos, hay tapas para todos los gustos. Como curiosidad, cabe mencionar que el bar más antiguo de Sevilla, El Rinconcillo, data de 1670.
No obstante, Sevilla no se queda ahí. Su panorama culinario se ha llenado de espacios creativos, que elevan la gastronomía tradicional a un nuevo nivel. Ejemplo de ello es Los Rincones del Marqués, el restaurante del Hotel Palacio de Villapanés, que preserva la esencia andaluza mientras introduce sabores procedentes de otras cocinas para crear platos únicos.
La ciudad cuenta por ahora con una Estrella Michelín en el restaurante de cocina creativa Abantal, pero hay muchos otros a los que merece la pena echar un vistazo, como El Gallinero de Sandra o Torres y García, de cocina más actual.

3. Dejarse enamorar por el Flamenco
El Flamenco es seguramente la expresión más pura del folklore andaluz. Cuentan que sus orígenes se relacionan con la llegada de los gitanos en el siglo XV a las campiñas gaditanas de Jerez y a Sevilla. A mediados de siglo XIX se populariza a través de los cafés cantantes, el primero de los cuales se abrió en Sevilla hacia el año 1885.
El restaurante Los Rincones del Marqués pone a su disposición Luna Flamenca, una cena con espectáculo de Flamenco incluido en nuestro patio de los naranjos.
Además, la ciudad cuenta con numerosos tablaos donde deleitarse con esta disciplina artística, mientras se degusta un menú típicamente andaluz. El Arenal, El Patio Sevillano, Los Gallos o Pura Esencia son algunos ejemplos. Otras opciones para una inmersión cultural total son el Teatro Flamenco de Triana, el Museo del Baile Flamenco o el centro cultural Casa de la Memoria.
Cada dos años se celebra también la Bienal Flamenco, una cita a la que acuden las máximas figuras del cante y el baile y que lleva celebrándose más de 20 años.

4. Contemplar su silueta
Merece la pena pararse un momento y observar el inimitable skyline de Sevilla. La terraza del hotel CoolRooms Palacio de Villapanés propone un plan de sol y piscina con unas vistas inmejorables. Por su parte, Las Setas, de las que ya hemos hablado anteriormente, también cuentan con un mirador 360°, particularmente mágico de noche. Además, disponen de bares y restaurantes donde alargar un poco más la experiencia.
Por supuesto, La Giralda nos regala unas vistas sin igual a nada más y nada menos que 104 metros de altura. Bastante más bajita, pero igual de encantadora nos espera la Torre del Oro.
Y para los que no son amigos de las alturas, las panorámicas desde ambos márgenes del río y desde el puente de San Telmo son un must.
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5. Pasear por sus parques
Si algo caracteriza a las ciudades de Andalucía es la comunión entre arquitectura y naturaleza. En Sevilla, esta no está solo presente en los famosos patios andaluces, sino también en sus zonas verdes.
El parque más conocido es el de María Luisa, junto a la monumental Plaza de España, y está declarado Bien de Interés Cultural. Los Jardines de Murillo, también llamados Jardines de Catalina de Ribera, forman un agradable paseo junto al Alcázar. La más reciente incorporación es el Parque de Magallanes, en la Isla de la Cartuja. Y si se encuentra paseando por la zona de La Buhaira, merece la pena acercarse a los jardines del mismo nombre para ver su palacio almohade.

6. Culturizarse en sus museos
Sevilla es una ciudad milenaria en la que diferentes civilizaciones y culturas han dejado su impronta, la cual ahora puede descubrirse en los diferentes museos de la ciudad.
Los legados más antiguos los encontramos en el Museo Arqueológico (temporalmente cerrado por obras). De su época romana destaca el Antiquarium, un yacimiento arqueológico que fue descubierto cuando se hicieron las obras de construcción del Metropol Parasol (conocido popularmente como Las Setas). De especial relevancia artística son el Museo de Bellas Artes, que alberga obras de pintores españoles de renombre, como Murillo, Zurbarán o Goya y el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.
De temática algo diferente, Sevilla cuenta con el Museo de Artes y Costumbres Populares, el Pabellón de la Navegación y el Museo Marítimo Torre del Oro.

7. Visitar sus casas palacio
Sevilla experimentó tal esplendor durante el Renacimiento, que se la conocía como Nova Roma. De esta época se conservan alrededor de toda la ciudad varias casas palacio cuya visita es obligada para cualquiera que pase unos días en Sevilla.
La Casa de Pilatos combina el estilo renacentista italiano con el mudéjar español. Destacan especialmente sus techos artesonados y su patio porticado. El Palacio de las Dueñas mezcla gótico y mudéjar con unos patios y jardines que quitan la respiración. Además, su colección de arte y mobiliario tiene un importante valor histórico-artístico. El Museo Palacio de la Condesa de Lebrija sobresale por su impresionante colección de mosaicos romanos, la cual le ha ganado el título de “la casa-palacio mejor pavimentada de Europa”.  En la Casa de Salinas se armonizan perfectamente Renacimiento, Gótico y Mudéjar. Por su parte, el Hospital de la Caridad constituye un conjunto artístico cumbre del Barroco español, donde destacan el patio de acceso y las pinturas en su interior, algunas de artistas de la talla de Zurbarán o Valdés Leal.

8. Descubrir su artesanía
Los productos más típicos de la artesanía sevillana son, sin duda, la cerámica, las guitarras y la indumentaria flamenca.
Triana fue la cuna de la actividad alfarera en la época islámica y de ahí se fue adaptando a los gustos de cada época hasta nuestros días, lo que se hace patente en fachadas e interiores de edificios a lo largo y ancho de la ciudad. De hecho, el Centro Cerámica Triana, creado sobre la antigua fábrica de Santa Ana, es un centro expositivo y de interpretación que organiza visitas guiadas. No será difícil encontrar tiendas donde comprar productos de cerámica artesana en el centro de la ciudad.
A su vez, la moda flamenca está íntimamente ligada a la vida en Sevilla. ¿Sabías que el traje de flamenca es la única indumentaria regional que evoluciona según la moda? Así, es posible adquirir vestidos, mantones, abanicos, peinetas y demás accesorios desde el estilo más tradicional al más vanguardista.
Para quienes busquen otro tipo de moda, más internacional y actual, el centro de Sevilla está lleno de boutiques con marcas como Loewe, Tous o Roberto Verino. Curiosamente, también existe una gran concentración de tiendas de moda nupcial. Y es que podemos imaginar que celebrar una boda en Sevilla sería un sueño hecho realidad.

9. Deleitarse con su ópera
La ópera está enamorada de Sevilla. Nuestra ciudad ha sido escenario o inspiración de en torno un centenar de óperas: El barbero de Sevilla de Rossini, Las bodas de Fígaro de Mozart, Carmen de Bizet… De hecho, Don Giovanni de Mozart está inspirada en el mito de Don Juan, ese personaje arquetípico español, que apareció por primera vez en la obra de teatro El burlador de Sevilla y convidado de piedra de Tirso de Molina, de 1630.
A día de hoy, el Teatro de la Maestranza es el lugar indicado en Sevilla para disfrutar de este género, así como de otros espectáculos de música y danza. Cada 25 de octubre celebran el Día Mundial de la Ópera con actividades y eventos especiales.

10. Perderse por sus calles
Ya lo dice la canción, Sevilla tiene un color especial. Y la mejor manera de descubrirlo es adentrándose en sus barrios. La Macarena nos impacta con su llamativo arco amarillo y la fachada encalada de su Basílica. Triana nos espera con su paseo junto al río, su icónico puente y sus coloridas calles y capillas. Además, es posible hacer un crucero panorámico por el Guadalquivir para obtener una perspectiva distinta.
Pateando por las callejuelas de la antigua judería en el barrio de Santa Cruz, encontraremos rincones mágicos: plazuelas, callejones, patios y unas vistas privilegiadas de la Giralda. Finalmente, no deje de visitar la Alameda de Hércules, uno de los símbolos de la ciudad, y los barrios de San Lorenzo y San Vicente, caracterizados por las fachadas rojizas, amarillas y blancas de sus iglesias y casas.
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